Vas caminando por la calle y un joven te para desde su coche preguntándote cómo llegar al aeropuerto. Se lo indicas y, para agradecerte el gesto, te cuenta que es directivo de Armani (te da una tarjeta), que ha venido a colaborar en un desfile de la marca y que ahora regresa a Italia con los cuatro trajes que se trajo. Y, suerte, que es tu día, te ofrece un par de los cuatro trajes, a un coste muy económico, para evitar tener que pagar en la aduana. El favor es mutuo: él pagará menos en la aduana y tú te llevas dos auténticos Armani de la nueva colección a un precio de ganga (lo suficiente para que pueda pagar en la aduana por los otros dos trajes). La mentira, es doble.
Lo primero porque como todos habréis deducido, si se trata de mercancía que entró a un país extranjero desde Italia, sacarla de nuevo a Italia no tiene coste. De hecho, no sacarla, sí podría tener una multa, porque ya no se trataría de mercancía de muestra, sino que la vendió en el país, sin pagar a aduanas.
Lo segundo, porque los trajes no son de la última colección de Armani. Ni de la penúltima, ni de la anterior. Probablemente sean dos falsificaciones baratas. Y si encajan con tu talla, es porque antes de pararte en la calle, nuestro amigo estafador ha buscado a alguien a quien le pudieran encajar los trajes.
Esto está pasando ahora en varias ciudades importantes; es un tipo de timo muy viejo, que se hace por todo el mundo. Desde Canadá, hasta Australia, en Internet puedes encontrar decenas de personas contando este caso, algunos con mayor o menor fortuna.
Yo le dije que no llevaba dinero encima y se ofreció a acompañarme a mi casa (a diez kilómetros) para buscar el dinero. No sé a qué hora salía su avión, pero vamos, que, de haber sido cierto, el de ese día lo perdía.
Ya en casa, con tranquilidad, si miras la tarjeta que te entrega te das cuenta de que hay un montón de cosas que no cuadran. Yo tuve suerte porque pensé aquello que me decían de pequeño que si es demasiado bueno para ser verdad… pues, seguro que es demasiado bueno para ser cierto. Pero ahí os dejo mi experiencia por si a alguno le vuelve a ocurrir.
De momento no he oído sobre un timo similar con vestidos para mujeres, pero habrá que estar al tanto.
Esto le pasó a mi marido hará seis meses. Y picó. Me dijo que el estafador era muy simpático y amigable.
Que picó porque se le acercó al azar, no para venderle nada, sino porque necesitaba instrucciones. Y que no le habló de venderle nada hasta que se estaba alejando.Como si fuera un favor que se le había ocurrido en el último instante.
Lo investigamos un poco y es una red de chicos, todos conectados con un tipo que vive en Toronto.
parece que van por todo el mundo haciendo lo mismo. Loq ue mi marido siempre se preguntó es si había alguien más vigilando y que qué habría pasado si lo hubiera rechazado. Pero por lo que cuenta este artículo, parece que nada.