El misterioso país de Magán, que aparecía ya mencionado en los textos mesopotámicos, ocupó hace miles de años la actual región de Sharjah. El misterio arqueológico que descubre la historia y cultura que había en este emirato hace miles de años, quedó al descubierto en 1994, con el trabajo de un grupo de arqueólogos españoles en colaboración con el gobierno de Emiratos.
Los antiguos textos mesopotámicos hablan de una tierra excepcional llamada “país de Magán”. Una región lejana, situada en la Península Arábiga, de la que menciona sus negros barcos, sus riquezas y sus gentes.
En 1994, el misterioso país salió a a luz. Unas intensas investigaciones desarrolladas en la Península de Omán pusieron al descubierto al fin la vida, el entorno y la Historia Antigua del país de Magán. En la región central de aquel mundo, más o menos en lo que hoy constituye el territorio del Emirato de Sharjah, es donde se han producido la mayoría de los hallazgos históricos y arqueológicos.
Las excavaciones realizadas en este emirato, dirigidas por la Universidad Autónoma de Madrid, localizaron algunos de los objetos más antiguos de Oriente Próximo.
En 2016, la exposición “En los Confines de Oriente Próximo”, en el Museo Arqueológico Nacional de España, Madrid, mostró por primera vez en Europa algunas de las espectaculares piezas halladas por los arqueólogos, mostrando la vida diaria de Al Madam, una región que existió en la Edad de Hierro.
Las excavaciones de la UAM, pusieron al descubierto una importante red de canales de agua, falaj, que constituiría el más antiguo sistema complejo de arquitectura hidráulica, situado en el sureste de la península arábiga.
La exposición mostraba 240 piezas (piezas de cerámica, herramientas de piedra, armas, monedas…), así como los adornos personales más antiguos del Neolítico. También, los primeros testimonios escritos y otros hallazgos que sacan a la luz el rico intercambio comercial en la zona, con ejemplos de ánforas griegas y alabastros de Yemen.
La historia del país de Magán alcanza hasta la llegada del islam en el siglo VII. Antes de su llegada, las caravanas se movían por todos los rincones de Arabia: meridional y central alcanzando lugares tan lejanos como el reino nabateo, cuya capital era Petra.
La exposición también permitía conocer la técnica de la captación de aguas freáticas o subterráneas durante la Edad de Hierro, así como sus dificultades, lo que propició l abandono de los poblados de los oasis y el fin de esta cultura.